jueves, 10 de julio de 2008

Escribir.

Aprovecho este post dedicado al verbo escribir para colar el collage que el escritor Jesús M. Tibau me ha hecho llegar no hace mucho:



Escribir: Comunicar alguna cosa a alguien por medio de letras.

Ésta es una de las acepciones que el diccionario nos da de esta palabra, tal vez la que me gusta más, porque figura la palabra comunicar.

Eso es básicamente lo que hacemos muchos de los que tenemos un blog, comunicarnos con gente a través de internet. Nos comunicamos con gente que no conocemos de nada, con gente que hemos conocido virtualmente y con gente que ya nos conoce.

El hecho de escribir te permite describir sensaciones que algunos seríamos incapaces de transmitir cara a cara, pero no por ello lo escondemos, simplemente escribimos y así nos expresamos.

Nuestras palabras esperan impacientes dentro de la ventanilla del procesador de textos de blogger a que la mano dirija el ratón hacia el botón adecuado, que el dedo índice pulse la tecla izquierda justo en el momento en que el cursor está sobre un botón, sólo uno, el que les dará vida, el que las llevará a ser conocidas, el que las llevará a la gloria -o bien a la miseria-, pero las llevará al fin y al cabo, y servirán para comunicar: éste es el botón de Publicar un mensaje.

Puedes guardar el escrito como borrador hasta que un día lo dejes volar como paloma mensajera, aunque también puedes optar drásticamente por seleccionar todo y apretar el fatídico botón Eliminar, asesinando de un golpe seco lo que querías comunicar.

Afortunadamente nosotros podemos resucitarlas, las podemos hacer revivir después de haberlas matado.

Me pregunto:

-¿Cuántas palabras restan muertas en cajones olvidados y no han conocido el placer de viajar a otras mentes por causa de la timidez de quien un día no osó dotarlas de vida?

O lo que es peor:

-¿A cuántas palabras se les ha negado la vida por causa de terceros, rompiendo la ilusión del autor?

Sólo divagaba en una noche serena del mes de julio, mientras unos cuantos insectos descansan atraídos por la única luz que luce en la oscuridad del porche: la pantalla de mi ordenador... Ahora que repaso... ¿He puesto una y griega?... lo dudo, es un insecto que se confunde con las letras, quizás es una especie de hormiga con alas como las que vinieron el año pasado en forma de plag... ¡Vaya, si estoy rodeado de estas bestias!





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