miércoles, 16 de enero de 2008

Del Collell mare i reginaaaa...

Pasé cinco años de mi vida en el Collell, de hecho fui para volver a disfrutar del hecho de hacer el octavo curso, ya que con una vez me supo a poco y no había cubierto mis expectativas. El caso es que a una semana de empezar las clases, yo no tenía colegio donde ir, fue entonces que mi madre habló con la madre de Pablo Canas, viejo conocido del antiguo colegio Belloch, y nos mandaron al Collell donde ellos llevarían también a su hermano, Marquitos, el último año en el Belloch nos habíamos hecho muy amigos y también me dijeron que iría Johnny, compañero también del Belloch.
Acompañado de mi padre, fuimos a visitar el colegio. Teníamos que hablar con el director, Mn. Jaume Reixach. En el momento en que bajé del coche y vi aquel edificio majestuoso, me acongojé literalmente, la entrada, el patio interior, las escaleras, el Sagrado Corazón, el despacho de Mn. Jaume... Esperábamos ver a un cura anciano en sotana y apareció él con tejanos, zapatillas deportivas, polo, fumando tabaco rubio y, eso sí, las gafas de culo de botella. (Foto).







Del acongojo pasé a la tranquilidad, aunque me presentaba con un currículum que decía que tenía que "mejorar" en "Mates" y en... Religión! Difícil tarea la de entrar a un colegio diocesano con un bagaje así, pero me aceptaron y pasé a formar parte de la gran familia del Collell.

Me pasó casi de todo. Era un colegio internado de cerca de Banyoles, donde llegábamos los lunes por la mañana y nos marchábamos los viernes por la tarde.
Delegado de curso el primer año por votación popular, con catorce años ya medía metro ochenta y un cuarenta y cinco de pie. Intervine en un conflicto con el "Schwepping"(profesor de francés con un parecido asombroso al del anuncio de la tónica) y un alumno que lo quería zurrar. El mismo alumno que al mismo tiempo fue protagonista y objetivo de un lanzamiento de cuchillo -de untar mantequilla- en el comedor por increpar a otro alumno, yo estaba justo a su lado y vi venir el cuchillo hacia nosotros. No hubo ningún herido que lamentar, no hizo diana.
Aparte de este incidente, poca cosa del tipo "trapero".

Cuando me dejaban, tocaba la guitarra en la habitación de "Pere de la pinza" y el apreciado Jaume Tarradas, Tamma para nosotros (R.I.P.). Allí empecé a fumar el primer cigarrillo a escondidas detrás de la iglesia, en el lavabo o en los campos, los que llevábamos bata no podíamos fumar, imagináis cómo eran las batas para nosotros -después de tres años de no llevar bata en el antiguo colegio, volví a lucirla un año- sólo se podía fumar a partir de 1º de BUP.
Recuerdo la música que ponían para despertarnos antes de que sonara el timbre; las habitaciones al principio llenas de literas y, curso a curso, mejorabas, ibas reduciendo inquilinos hasta llegar a los últimos cursos, donde tenías una habitación para ti solo; los desayunos, comidas y cenas compartidas con compañeros; los campos de deportes, rodeados de naturaleza; el cine de los miércoles por la noche, cuando acababa la película al principio tenías que subir cuatro o cinco pisos para llegar a la cama y si te habías dormido, como la mayoría, se hacía eterna la escalada hacia la habitación; todas las partidas de futbolín del bar (el memo) y también las partidas de dados; viendo el París-Dakar con Martí en la tele; que yo te doy el croissant del viernes y que tu me das el donut del martes, verdad Lela?; las parejas que iban a buscar setas al bosque; Lluís Llach; el despacho de Mn. Jaume y sus discos; los sorrus; el Ping Pong; las escapadas de fiesta a Girona con el mini (foto); Dire Straits y el amigo Jordi Thomas...(R.I.P.), ahora lo dejo aquí, me he emocionado, el otro día tuve que esconder mis lágrimas delante de mis hijos mientras escuchábamos "Tunnel of love" recordando a Jordi...
Podría relatar tantas cosas que daría para hacer un libro de anécdotas.
De momento con esto creo que cubro una pequeña cuota del Collell en el blog ¿no es cierto?
Salud para todos y un abrazo. Prometo seguir...



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