Con el tiempo y aquella pasión por la música, nos veríamos todos enganchados al programa "Aplauso".
Mi hermano Marc, Edu, el vecino de abajo a quien su madre le enseñó también a tocar la guitarra, Ricki, nieto de los otros vecinos de bajo, Xavi, vecino de la calle y yo mismo seguíamos este programa los sábados por la tarde y veíamos las actuaciones de personajes como Leiff Garret, Pedro Marín, Iván, etc. Luego, con la fiebre musical en la cabeza, íbamos a la habitación y escuchábamos discos de Beatles, Queen, Electric Light Orchestra, mientras Edu y yo con nuestras guitarras, fingíamos tocar, hacíamos playback.
Ricki era el proveedor oficial de música del grupo, cada semana traía discos nuevos que le prestaban sus padres o que le compraban, era la sorpresa. Venía al pueblo cada fin de semana, llegaba los sábados a eso de las ocho de la mañana y, dado que en casa mi madre tenía instalada la peluquería, él se escurría por la puerta entre las señoras -había muchísimas, se adentraba en la oscuridad de nuestra habitación y nos despertaba a mi hermano y a mí.
Estábamos impregnados de música, de todo tipo, beneficiosa y maligna, pero música al fin y al cabo. Con el tiempo, quizás días, empezamos a sentir la necesidad de mostrar al mundo nuestro "arte". Abrimos la ventana de la habitación de par en par, en un segundo piso, volumen a todo trapo y la música de un disco "jazzero", el tema "Topsey, part II" instrumental que empezaba con unos toques de timbal y nosotros sacando los mástiles de las guitarras por la ventana para hacer playback convencidos que los peatones se lo creían.
Recuerdo también uno de los temas estrella: "Surfer Girl" de los Beach Boys, que "cantábamos" cerca de la ventana. (Foto)
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