Nació el 20 de diciembre de 1997 en Roses. Hija de los perros que tenían mi padre y su mujer, la trajeron a casa con tan sólo un mes de vida y enseguida fue un miembro más de la familia. Ariadna acababa de cumplir un año y crecieron juntas. Ha convivido con nosotros, alegrándonos la vida con sus saltos y cuidándonos. Obediente, fiel y siempre a punto para saludar cuando llegabas a casa. Nunca tuvo un no por respuesta, ni siquiera mostró queja alguna.
Ahora agradezco cada hora que ha permanecido a mi lado, todos los momentos que me ha acompañado estando sólo en casa, sobretodo al final de su vida, paciente, tanto mientras hacía cosas por casa, como ahora escribiendo cosas en el blog. A ratos se acercaba y apoyaba su hocico sobre mi pierna haciéndome saber que necesitaba tomar un descanso y me obligaba a salir fuera para airearme y estirar las piernas.
Hoy, a las siete de la tarde y sin hacer el más mínimo ruido, ha muerto nuestra querida Nuska. Siempre la recordaremos, estoy convencido de ello.
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