sábado, 9 de febrero de 2008

Vacío

Estamos llenos de vacío. Qué contraste.
A cada momento echamos de menos a Nuska.

Hoy hemos ido al centro de recogida selectiva de residuos a tirar la vieja caseta de madera que usaba raras veces, ya que solía estar dentro de casa siempre.


Cuando nos alejábamos en la furgo, Ariadna mantenía la vista clavada en aquella caseta mientras el operario la iba haciendo añicos con su martillo.

Ella está especialmente sensible, no en vano se han criado juntas... durante diez años.
Joel está muy dolido, también. Lo ha aceptado de una manera más rápida, no sé si fruto de algún mecanismo de defensa.
Ambos quieren tener un nuevo amigo. Ya hablaremos de eso, es demasiado temprano tal vez. Tan sólo nos quedan los rincones donde solía estar. Abro la puerta de casa y espero que venga a recibirme, como siempre, pero no lo hace.
No está... Camino despacio por el pasillo oscuro de las habitaciones con cuidado de no pisarla y espero que se levante como solía hacer, pero no está.
He encontrado un punto de referencia, un lugar en el cielo, una estrella. He decidido que aquélla será su estrella y, mirandola, recordaré a menudo los mejores momentos pasados con ella.










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