Ella es una lectora compulsiva, devora libros como si las páginas fueran de chocolate, que dicen que tiene efectos afrodisíacos, bueno, como algunas novelas de las que lee.
Imagino que piensa que para capullo ya me tiene a mí, por lo tanto, casi siempre le he comprado un libro, pero también una rosa.
No quiere una rosa porque es efímera, por otra parte, el libro dura mucho más. ¿Qué tendrá que ver el tiempo? ¿No será una metáfora de: El amor se va, pero ella se queda... cómo decía el gran Joan Capri?
Al precio que van las rosas en un día tan señalado como hoy, quizás todo el mundo acabará oliendo los libros y leyendo las rosas.
-¡Qué tonterías dices, Sergi!
-¿Tonterías? Si desgraciadamente es lo que hace la mayoría. Mirándolo bien, leer una rosa puede ser interesante. Desde una óptica poética y para el que sea poeta, seguro que hay infinidad de poemas.
-¡Qué tonterías dices, Sergi!
-¿Tonterías? Si desgraciadamente es lo que hace la mayoría. Mirándolo bien, leer una rosa puede ser interesante. Desde una óptica poética y para el que sea poeta, seguro que hay infinidad de poemas.
Yo -que no lo soy- empezaría a leer el tallo, donde cada espina protege las pocas páginas de vivos colores, frágiles, delicadas. Páginas sin numerar que se abrazan, a veces fuertemente, otras de manera tímida, como nosotros, los humanos. Unas cerradas y otras abiertas, como nosotros. Dentro del abrazo fraternal de pétalos se esconde el corazón de la rosa, el secreto guardado y reservado sólo para aquellos seres vivos capaces de intervenir en su ciclo vital. Cada flor tiene su color, cada color tiene su significado, pero el color de hoy es el rojo de la pasión, del amor, de la sangre.
Oler un libro aparentemente no es tan agradable como leer una rosa, pero si lo pruebas te puede llegar a enganchar. El olor que desprende un libro puede llegar a crear tal adicción, que incluso he oído que quieren hacer que los libros electrónicos puedan tener el olor característico de libro viejo por medio de un adhesivo que te regalarán cuando lo compres.
Llegará el día de Sant Jordi y te regalarán un adhesivo en forma de rosa que lleva incorporado un archivo mp3 de la versión leída de La sombra del ángel y El juego del viento -que comprimido en un Zip sería: El juego de las ventosidades del ángel a la sombra- todo ello impregnado en Eau de livre vieux (le nouveau parfum de K. Loss Ruhesafaun). ¡Ah no! Disculpad, que este autor nunca permitirá que se ruede ni una película de su obra. Lo parió como letra escrita y así se quedará.
Respeto su opción, pero no la entiendo. Si todo el mundo que sale de un cine dice lo mismo: El libro me gustó más... Pues eso sería agrandar todavía más su propio ego. Quizás es que ya no le hace falta.
Dicen que el primero que coge la flor, se lleva el olor, por lo tanto si compráis una rosa tened claro que será de segunda mano -o nariz en este caso.
Disfrutemos de esta tradición mientras podamos, en un día feo, de sol y sin una nube que nos regale el agua deseada. ¿Quizás nos tiene reservado el jarro de agua fría para esta noche?
Por cierto, si nace alguna flor en el culo de uno a quien esta semana han entrado a robar en su casa mientras estaba dentro y no se dio ni cuenta, que sea una rosa, a ver si las espinas le hacen estar de pié todo el partido dando instrucciones a los jugadores.
Aprovecho para felicitar a todos los Jordis que conozco. También a las Jordines y Jordis que no conozco, claro. Y de paso a todas las Rosas... que serán adoptadas por incautos y regaladas a los enamorados.
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