El otro día por la noche topé de bruces con un pedazo del programa DutiFri conducido por Javier Sardá. No sé si era una reposición, pero me quedé enganchado viendo a un chico que por su nombre, Jaume, se diría que es catalán y vive en medio de la miseria de la India.
Por lo que he averiguado, parece que después de un viaje a la India decidió abandonar la buena vida de periodista en Barcelona -que me disculpen los periodistas que consideren esto una paradoja- para ir a vivir a Bombay. Allí fundó una de tantas ONGs que hay en el mundo para ayudar a niños y familias que viven o han vivido verdaderos horrores en su vida. Está amenazado de muerte por las mafias -tiene que ir con escolta a todas partes- tanto es así, que incluso le han quemado varias veces las oficinas. Escribió un libro de la experiencia que le hizo cambiar de vida radicalmente: Sonrisas de Bombay, y lo escribió, en parte y según dice, por si lo mataban.
Aquí está la entrevista que le hicieron en el Periódico: Jaume Sanllorente.
Si os apetece conocer lo que hace os invito a dar un paseo por la web:
http://www.sonrisasdebombay.org/.
Tienen una introducción extraordinaria, de una delicadeza sensacional donde destacan el hecho de que podrían mostrar la foto de un niño llorando o la de su madre agonizando, quizás también la de un mafioso a punto de secuestrar niños para prostíbulos, pero no lo hacen porque prefieren las sonrisas.
La sonrisa de este chico -tiene poco más de treinta años-, Jaume Sanllorente, es la mejor señal de que ha encontrado en la vida su razón de ser y al mismo tiempo, a pesar de la miseria que lo rodea, se le ve feliz y transmite esa felicidad a los demás.
También tienen un blog de la ONG con actualizaciones diarias que no debemos pasar por alto: http://lassonrisasdebombay.blogspot.com/
Es una experiencia que, sin duda, no puede dejar indiferente a nadie que tenga dos dedos de frente claro.
Al tan criticado por unos, como tan alabado por otros Javier Sardà, sólo me queda felicitarlo modestamente por dar a conocer la tarea impagable de gente como Jaume.
Dejad que me levante y les dedique un fuerte aplauso, así como a toda la gente que, más allá de los problemas y preocupaciones del mal llamado primer mundo, hacen el esfuerzo de ayudar al también mal llamado tercer mundo.
-Bravo!
Por cierto, no sufráis, no veréis miseria de aquélla que no te la puedes quitar de la mente en días, veréis sonrisas, Sonrisas de Bombay...
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