jueves, 6 de noviembre de 2008

Sin excusas

Sin darme cuenta de ello, mañana será viernes y habrá pasado otra semana con un resultado de escritos en el blog pésimo.
No tengo excusa.
Ni el trabajo -que he tenido mucho-, ni que me piquen los kiwis, ni nada de nada.
Reconozco que tengo la cabeza en otras escrituras -que no son religiosas- y no soy capaz de concentrarme en hacer un post sencillo. Me parece que sufro el síndrome de la hoja en blanco... o más bien, del cursor que parpadea en el monitor delante de mi mientras pongo cara de idiota con la boca entreabierta y los ojos medio cerrados.
No quiero escribir de política, para eso ya hay gente lo bastante preparada y hablar de Obama, de la nueva esperanza que tanta gente tiene puesta en él, no me toca hacerlo a mí.
Del empate del Barça y la derrota del Madrid, tres cuartos de lo mismo.
¡Ah sí! La semana empezó -si no recuerdo mal- con el tema de los anagramas de los nombres de los blogs, es decir, coge el nombre de tu blog, lo metes letra a letra dentro de una coctelera y sacudes con fuerza hasta que sacas combinaciones de diversos sabores. He estado toda la semana pensando en hacer un post al respecto, pero ahora es demasiado tarde y no lo haré -estoy cansado -para variar-, por lo tanto, dejo alguno de los anagramas que se me ocurrieron una vez y ala, ya he escrito por escribir, quizás sin sentido...
Recito un poema del montón.
Oculto, un poema mentiroso.
Tiene un poder mental y común.
Un beso mudo en cielo dormía.
Un trípode oculto me lleva.
(No aconsejo que intentéis descifrar esto, puesto que es la traducción literal del título del blog original y no se corresponde con el título en castellano... lo siento).

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