martes, 18 de marzo de 2008

¿Cobertura total? No gracias.

En los tiempos en los que todavía no había la generalización de los teléfonos móviles de la actualidad, los pocos usuarios que tenían móvil habían pagado una verdadera fortuna por ir adosados a un ladrillo de color negro, tipo maleta de viaje que pesaba poco menos que una cabina telefónica, eso sí, eran la envidia de muchos.

Escuché a un personaje de estos que iba gritando por la calle a su esposa diciéndole que no se demoraría y que ya llegaba a casa, que dices: ¿Era necesario pagar una llamada a precio de conferencia para eso?
También se hacen llamadas como ésta ahora, pero son más económicas, creo.
El fenómeno de la movilidad permite infinidad de situaciones curiosas y abre indiscretamente tu intimidad a los demás.

Tendríamos que procurar no levantar la voz cuando hablamos por el móvil dentro de un restaurante, ya no es necesario presumir de teléfono, lo tiene casi todo el mundo. Por otra parte, si estamos comiendo o cenando ¿No podríamos regalarnos un descanso de cobertura?

En uno de aquellos paseos con Nuska, nuestra querida perrita.
Paseamos por la mañana en un parque, me siento privilegiado por poder disfrutar del canto de los pájaros entre pinos, cerca de una pequeña cascada de agua que hay en el riachuelo cerca de casa, naturaleza en estado puro. Nuska se remoja las patas mientras lame el agua y me mira juguetona para que tire una piedra al agua, le gusta mucho jugar con piedras.

Tan pronto como me agacho, un sonido artificial y estridente rompe mis pensamientos, me doy cuenta de que no soy la única persona en el parque:

-¿Síiii?
- ...
-¿Qué tengo que hacer?
- ...
-Ahora estoy muy liado, estoy en la ferretería comprando material y después iré hacia allá tan pronto como pueda... -me mira buscando complicidad, yo no quiero mirar a Nuska para que no ladre.
- ...
-¡Muy bien, hasta ahora! -cuelga y me dice:
-No me dejan respirar.
-Apágalo, todavía hay zonas de no cobertura -le digo.
-¡Vaya, tienes razón, no había caído!
-Hay que aprovechar estas zonas mientras podamos. Pronto no tendremos ni esa excusa.
Fue hacia su furgoneta y se incorporó al mundo real, al de la cobertura.

Lanzo una piedra al agua y Nuska la va a buscar. Los pájaros vuelven a mi pequeño mundo y yo con ellos.

Llevo el móvil apagado en el bolsillo, no tardaré mucho en volver a la cobertura...



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