Por una simple cuestión de amor propio, el martes por la mañana decidí organizar una cena:
A raíz del escrito Los hombres estamos perdiendo fuelle, Martí F. hizo el comentario detonante:
Sergi, te tengo que decir que este recorte me ha inspirado mucha solidaridad, como comprenderás, ya que mi mujer era una de las "instigadoras" de la cena de "mamás". (Ojo, que ahora amenazan con una sesión de Tapper-Sex!) Ahora bien, lo tienes facilísimo, chico. ¿Verdad que la acampada de las niñas será esta semana? ¡Pues ala! Espero tu llamada para cenar el Jueves...
Automáticamente enebré la aguja (expresión catalana similar a manos a la obra):
El jueves, a pesar de ser el día que tengo más trabajo -ya lo sabes- podremos hacer un pequeño esfuerzo. ¿Lugar? Nos llamamos. Hora: quizás entre las nueve y media y las diez. ¿Quien? Martí F. y, de momento, yo mismo. ¿Alguien más?
No tenía tiempo de redactar una circular parecida a la de las madres con cosas como: Aprovechando que los niños de 6º se van de acampada los padres hemos decidido hacer una cena, quedan excluidas personas del sexo femenino que tengan relación madre-hijo con alumnos de 6º bla, bla, bla...
Móvil en mano tiré de lista de teléfonos y uno a uno fueron cayendo, incluso mi hermano, y los emplacé hoy a las nueve y media en una pizzería del pueblo.
Por la tarde me llamó mi hermano diciendo que él no podría venir a cena porque era... su aniversario, una excusa como otra cualquiera... pero lo entendí y lo invité a que viniera a tomar una copa más tarde. ¡Cojonudo! ¿Aparte del motivo de la acampada de la niña podríamos aprovechar para celebrar el aniversario de mi hermano con el pequeño inconveniente de que él no estaría, es un motivo bastante convincente para llevar a cabo una noche de testosterona justificada ¿No? ¡Pues ala!
Enebrado el hilo en el aguja me encargo de reservar mesa, pero no tengo el teléfono y recurro a Google. ¡Perfecto! El nombre sale en el buscador... direccióoon... ¿Teléfono? no facilitado !?!¿Cómo es posible que en una pizzería no tengan teléfono? Tengo que reservar y no dispongo de medios. Busco la guía del pueblo, sale la pizzería, pero no el teléfono de contacto, flipo...
Esta tarde me he acercado en coche y, a pesar de estar cerrada, una chica desde dentro me ha dado una tarjeta de visita donde sí aparece el teléfono.
Es para reservar mesa, pero el encargado no está, tengo que llamar mañana por la mañana, aunque la chica me advierte que no aceptan reservas más tarde de las nueve menos veinte -flipo todavía más-, pero si es así acabaremos cenando en uno de aquellos lugares en los que te coges la comida desde el coche y te lo comes por el camino, ya que eres incapaz de llegar a tu destino con aquel olorcito acariciándote las fosas nasales... Llamaré a ver si encontramos mesa para cenar, hablar de deportes, de motor, de muj...s y basta.
Me siento y de tanto decir que enebro hilo en la aguja...
La señora aguja me mira vestida de hilo de color caca de oca y me dice:
- Ya estoy preparada.
Hago el nudo en la cola de su vestido, lo abrazo con mis dedos e introduzco su punta en la ropa de la chaqueta de buena marca que me regaló mi mujer. De uno en uno empiezo a coser y a reforzar TODOS los botones que supuestamente tendrían que venir bien cosidos de fábrica, con la pasta que hacen pagar...
Por cierto, mi hermanito Marc hoy cumple 38. Quizás tendría que escribir alguna cosita en el blog, algún recorte de infancia como aquello de tirarle del pelo mientras jugábamos de pequeños y a los tres segundos lo abrazaba y le daba muchos besos... pero si él está presente en la mayoría de mis escritos...
Me emocioné escribiendo una frase:
Mi hermano es con quien pasé los mejores días de mi infancia... y estoy convencido de ello.
¡Felicidades Marc!
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