domingo, 7 de septiembre de 2008

Momento de felicidad

Mi hijo Joel es muy movido.
En una de sus particulares carreras por casa para ir a... cualquier sitio y con el excesivo movimiento de brazos y mareo de miembros en general al más puro estilo leñador, su mano izquierda fue a topar con nosequè y se hizo una pequeña herida en el dorso.
Inició su llanto exagerado de dolor, más por llamar la atención que por el daño que tenía en realidad.
Cuando le eché un vistazo exclamé enseguida aquello que tantas veces había oído decir en casa de la Yaya Rosa por boca del tío Toni:
-¡Traed una palangana que sale la sangre a litros!
Él me miró contrariado mientras le decía que aquello no era nada. Yo quería restarle importancia al hecho, pero no funcionaba y le pedí que fuera a lavarse las manos con jabón mientras yo prepararía las curas adecuadas.
Así lo hizo, contento, porque ya intuía que su padre le dedicaría un rato sólo a él, en vez de estar ante el ordenador.
Fui al lavadero donde tenemos el armario de las medicinas para los primeros auxilios.
Con una tirita hubiera sido suficiente, supongo que pensaba él, pero se equivocaba, esta vez decidí que haría lo mismo que hubiera querido que me hicieran a mí.


Gasa, esparadrapo, venda y más esparadrapo para acabar contemplando los ojos brillantes y traviesos, mezcla de azul cielo y verde esperanza, cómplices del juego entre padre e hijo, que acompañaban un tierno abrazo, ya sin lágrimas.

La venda lo acompañó toda la mañana, mediodía y hasta aquella misma tarde, una vez que ya la hubo mostrado a todo el mundo orgulloso de ser el centro de atención, ni que fuera por unos minutos.

Cada mirada que cruzamos aquel día, escondía el lazo que la venda había creado entre nosotros, a pesar de que los dos sabíamos que no había para tanto, pero fue especialmente feliz, porque aquel día, él se sintió diferente al resto.

No cuesta nada y lo recomiendo, vale la pena aunque sólo sea por ver la felicidad reflejada en sus ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta, esto lo recordaré hasta que tenga hijos, lo prometo, es cierto q siempre de pequeños nos hace ilusion llevar vendas y este tipo de cosas, yo me las ponia para todo (q recuerdos me viene jajaj) asi que tambien les brindare esta ilusion a mis hijos!!!

Eso si, no por cualquier cosa q luego a saber como salen!

Jeje


Muxus artista!

Aliciaa (de nuevo!)

Els del PiT dijo...

Alicia:
Jajaja... Harás bien en aplicar este método, vale la pena ver cómo te miran luego, pero tienes razón en que no se les debe de acostumbrar (corres el riesgo de que crezcan frágiles...)
:-)