-¿Cromos hijo, no lo ves? ¡Mira allí están las latas! -le digo y corre a cargarlas.
Afortunadamente ha olvidado los cromos y hemos continuado con la compra de lo necesario, esta vez me libro de comprarle unos cromos que no servirán para nada más que para acabar encima de uno de los estantes de su habitación.
En una repisa me he detenido a comprar dentífrico para mi esposa, curiosamente no estaba anotado en la lista, pero he pensado que le haría falta. Un poco más abajo Joel ha visto algo que siempre me pide, cabezales para cepillarse los dientes, de aquéllos eléctricos y entonces le instruyo diciendo que la mejor manera es la manual, que eso está hecho para gente con dificultades físicas y que bla, bla, bla, pero se lo he comprado porque ya tenemos un mango, que no utilizamos, en casa -quizás para compensar lo de los cromos. Me he arriesgado a pesar de desconocer si la marca de los cabezales era la misma que la del mango.
Quizás ahora tendré que recuperar la camisa azul...
Para redondear la faena, mientras yo alucinaba con el roto y hacía fotos para el blog -de recuerdo-, Joel le ha mostrado los cabezales del cepillo eléctrico a Ariadna, quien se ha apresurado a encontrar el mango y los ha abierto para probar... Evidentemente la marca no era la misma y ahora tenemos unos cabezales que no podemos devolver.
Con el mosqueo que llevaba por lo de la camisa y ahora esto de los cabezales, los he castigado a encerrarse en sus habitaciones, a no hacer nada y que la próxima vez pregunten antes de actuar -lo cual siempre les advierto.
La otra parte del castigo es encontrar a algún amigo que tenga un mango de la misma marca y conseguir venderle la moto... a los padres, de no ser así, les retiraré el importe de los cabezales de la hucha -la misma que lleno yo mismo religiosamente...
¿Soy demasiado duro? No lo sé, pero es una manera de empezar las vacaciones de verano poniendo en claro alguna norma.
(No sé por qué tengo la sensación de estar enrollándome demasiado en los escritos, pero no sé hacerlo de otra manera, disculpad si tomo demasiado de vuestro tiempo).
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