martes, 5 de agosto de 2008

La saeta rebelde.

Después de haber visitado dos tanatorios en los primeros cuatro días de vacaciones, me retiro a mi pequeño rincón de mundo y ¿con qué me encuentro?
Me encuentro con una saeta que apunta al azul estival clamando al cielo: ¡Ya tengo suficiente! ¡no quiero más! ¡dame un hilo de paz! ¡déjame respirar!

La farola que ilumina este blog te lo exige, se rebela y se prepara para atacar, sólo hay que encender la chispa que prenderá la llama en la punta de la saeta amenazadora y quemará las nubes a su paso, mientras lentamente le hará la guerra al sol.

¡Caray qué calor! La cabeza me hierve, tendré que tomarme un helado por cada oreja... es decir: dos.


Ya desnuda, le han arrancado la fea falda naranja que llevaba y deben estar a punto de reparar los daños que provocaron su decapitación... ¿o tal vez esperarán a septiembre?

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