viernes, 30 de mayo de 2008
Los hombres estamos perdiendo fuelle.
jueves, 29 de mayo de 2008
Los padres no somos perfectos.
El sábado 10 de mayo al mediodía mis hijos tenían que ensayar un baile en la escuela de danza de mi hija, Ariadna. Con motivo de la celebración anual de San Isidro el fin de semana siguiente, diversas tiendas y empresas del pueblo aprovechan para presentar las novedades de sus productos a modo de feria de muestras. Hace muchos años que mi madre y mi esposa participan y uno de los actos que despierta mayor interés en los visitantes es el desfile de modelos, que en la mayoría de los casos adquiere un alto grado de originalidad, coreografías que en ocasiones rozan una puesta en escena sublime.
El profesor de la escuela de danza era el encargado de coordinar la actuación, aparte de participar personalmente con una bailarina en uno de los cortes musicales.
Asistir a un ensayo donde mis hijos bailaban la misma canción me hizo caer en la cuenta de que el ser humano no es la máquina perfecta de la que en tantas ocasiones he oído hablar, por lo tanto los padres tampoco lo somos. Si así fuera los padres que tenemos dos hijos realizando la misma actividad al mismo tiempo habríamos evolucionado al estilo Pokemon y tendríamos la capacidad de destinar un ojo para cada hijo. Por no hablar de los que tienen tres hijos que precisarían de un tercer ojo -lo cual sería feo- y en cuanto a las familias a partir del cuarto hijo ya sería una bestialidad. No imagino a Carlota, madre de cuatro hijos, tres niños y una niña, que nacieron el mismo día -los "quatri" del camping de Sort- siguiendo una actividad de los cuatro al mismo tiempo ¡Menuda faena!
Se hace difícil contemplar a dos hijos al mismo tiempo y más cuando uno de ellos es un niño de casi ocho años que no ha tomado clases de danza y pone toda la voluntad con cierta gracia. Ariadna baila desde pequeña y ahora, con once años y medio, se lo toma en serio. Es entonces cuando me dispongo a registrar el momento en cámara de vídeo, para no perder detalle.
Hace unos cuatro años, mi hija participaba en uno de tantos festivales que se llevaban a cabo en el pabellón deportivo del pueblo. Las gradas estaban llenas de padres y madres de niñas -básicamente. Nosotros fuimos con Joel y como se aburría, molestaba a la gente de alrededor -lo que hacen los niños de cuatro años. Dejamos que fuera al final de las gradas, a un rincón donde no había casi nadie, de esta manera lo podríamos vigilar mientras la gente de nuestro lado podría respirar. La mayoría de progenitores mantenían su cámara en mano para registrar las coreografías preparadas a lo largo del curso.
En una de ellas bailaba Ariadna y nosotros la seguíamos ilusionados con la mirada a pesar de la distracción que suponía oír risas de la gente, hasta que desde atrás, unos amigos, Martí y Natalia, nos invitaron a mirar a nuestro hijo Joel. En su rincón, con un estilo heterodoxo y muy peculiar, seguía la canción mientras era objetivo de diversas cámaras de vídeo.
Seguro que a todos los que desviaron sus cámaras hacia mi hijo en vez de estar pendientes del espectáculo les hubiera ido bien tener ojos independientes, sobre todo cuando tienes que dar explicaciones a tu hija de porqué en medio de su actuación aparece bailando un mocoso rubito y travieso.
Con un par de ojos independientes ganaríamos como padres, pero perderíamos sex appeal, o quizás no, mirad al Dioni y su facilidad para ligar con brasileñas...
miércoles, 28 de mayo de 2008
Primeros pasos (Tenerife).
Este escrito es la continuación de:
Volando del nido (hacia Tenerife).
El mismo día que llegamos al puerto de Santa Cruz de Tenerife nos dirigimos a ver a Antonia, la amiga de mis suegros que tenía que darnos trabajo. Ella era una barcelonesa que marchó a Tenerife de joven y se quedó para siempre.
Me tocaba renovar el DNI y como todavía no teníamos lugar donde vivir nos empadronamos en su casa, una dirección bastante fácil: calle Belisario Guimerá del Castillo Valero, intentar escribir esto en la casilla correspondiente de un DNI de los viejos es más difícil que firmar dentro del recuadro que te daban, fue sorprendente la habilidad del funcionario de turno que, haciendo gala de una capacidad de síntesis brutal, plantó en mi nuevo DNI una cosa parecida a eso: Bel. Guim. del Cast. Val. y con eso ya se apañaría la policía para encontrarme si me buscaba -el mismo funcionario también cambió el nombre de la ciudad donde nací, Granollers, por uno curioso: Granowers, aunque fuera normal que no entendiera, ya que lo escribí en mayúsculas y en catalán... mea culpa.
Nuestra intención era buscar un sitio para vivir en Santa Cruz, la capital, pero en vista del éxito, aquella misma tarde recogimos las maletas que habíamos dejado en casa de la señora y nos marchamos hacia Los Cristianos, al piso que mis suegros habitaban en época de vacaciones, una vez acabada la temporada del restaurante de Roses.
martes, 27 de mayo de 2008
Problemas domésticos II.
Continuación del escrito anterior.
viernes, 23 de mayo de 2008
Problemas domésticos.
- La chica que cuida de los niños y de la casa se toma tres semanas de vacaciones -respetable.
- La persona que debía sustituirla no lo puede hacer por problemas personales -respetable.
- La persona a la que hemos acudido en última instancia vendrá el martes -totalmente respetable.
Se nos viene mucho trabajo encima.
miércoles, 21 de mayo de 2008
La lengua de burro no se come.
viernes, 16 de mayo de 2008
De comentarios.
Todo el que pase por mi casa con buenas intenciones es bienvenido y además puede aprovechar para comentar sobre qué le ha parecido o si ha vivido alguna situación similar. Yo, como anfitrión, procuro tener el rincón limpio y aseado a fin de que los visitantes os encontréis a gusto y procuro responder a todos los comentarios. Creo que es una cuestión de educación, teniendo en cuenta que por responder a los comentarios no tienes que dejar de atender el blog, estaríamos buenos, la escritura te puede hacer perder la lectura, como dice mi madre (descuidar lo esencial para dejarse llevar por lo secundario) y si no escribes nadie te puede leer, esto es mío y de Perogrullo.

El miércoles 14 recibí este comentario de anna, una lectora a quien -creo- no tengo el gusto de conocer:
Hace tiempo que te sigo y hoy me he decidido a comentar, también me has hecho llorar, sufrimos en casa una situación similar y claro es muy duro. Gracias por escribir con este estilo sencillo y fácil de entender.
Mi reacción al recibirlo es de alegría y contesto:
Anna: Me alegra mucho recibir comentarios de gente que no conozco y lee el blog -también de la familia y amigos, claro. Entiendo que sea difícil dar el primer paso, pero si yo no quisiera recibir comentarios acerca de lo que escribo cerraría la opción y listos. Estoy abierto y encantado de atender comentarios, es un placer.
¡Salud!
Ayer jueves llegué de trabajar demasiado tarde a casa y además tenía dolor de cabeza, no había podido conectarme en todo el día. Después de afeitarme, ducharme -rápidamente para no gastar agua en exceso, claro-, cenar un pequeño bocadillo de longaniza con refresco de cola light sin cafeína mientras veía una entrevista a un político en la tele y tomar un sobrecito de ibuprofeno efervescente para la cabeza, repasé el blog y caí en que del comentario sólo me fijé en una parte, el hecho de una persona que hace tiempo que me sigue y hasta ahora no se había decidido a mostrarse.
Es una opción totalmente válida y lícita, visitas un blog personal como quien ve un culebrón en la tele, de forma anónima y así te quieres mantener.
Si no fuera por el contador de visitas no sabría el alcance del blog, sólo contaría con los comentarios de algunos miembros de la familia, de algunos amigos y de compañeros que también tienen blogs. Me gusta saber que hay más gente que lo lee, pero me halaga doblemente si encima lo demuestra.
El voto en Top Català es también una buena manera de reconocer que te gusta lo que lees y por eso quiero agradecer especialmente -y sin querer ser pesado- los clics que habéis hecho para votar este blog y que lo han llevado, a día de hoy, hasta el segundo lugar de las 25 páginas más votadas, me siento realmente feliz de poder contar con vuestro apoyo, a los que os conozco personalmente y a los lectores y lectoras como anna, una persona que sufrió un caso similar, que se sintió identificada hasta el punto de llorar y a quien personalmente quiero agradecer que se diera a conocer. Un beso.
En esta versión castellana del blog recibí un comentario el 4 de abril -en Lecturas curiosas y habituales- de una chica gallega -así firmaba- y también me hizo especial ilusión, porque aquí no hay muchos comentarios, es un fenómeno digno de estudio quizás... por ello también quiero homenajearla aquí:
Una chica gallega dijo...
Me he reído un montón, lo que dices es cierto, nunca pensé que a alguien se le ocurriera escribir sobre ello!! Me encanta tu blog, tienes un estilo muy especial escribiendo. Lo he descubierto hace poco y por casualidad. Aprovecho tambien para agradecerte que lo hayas traducido, yo soy de Galicia.
Un blog genial, gracias por compartir tus memorias o anécdotas con nosotros.
Yo contesté eufórico:
No sabes la ilusión que me hace publicar tu comentario. Me siento muy alagado por tus palabras, es una alegría que te guste mi blog. Escribo para mí, para la gente que me conoce y también para gente como tú.
Graciñas!
No he vuelto a saber de ella, quizás no era gallega y pensó que graciñas era un insulto... : )
Hay comentarios y hay felicitaciones como ésta que alguien escribió en la recopilación de dedicatorias de mi 40º. aniversario:
(Traducción: ¡¡¡Te quiero!!!)
Tengo que confesar que no tenía ni idea que Lucía Lapiedra fuera una actriz porno, al menos el nombre no es muy artístico, o quizás sí. ¿El nombre hace a la cosa?
miércoles, 14 de mayo de 2008
Volando del nido. (Hacia Tenerife)
A principios del mes de febrero de 1991 ya lo teníamos todo preparado para ir con Penélope a vivir a Tenerife. Iríamos en el coche de ella sin prisas durante unas doce horas hasta Cádiz donde embarcaríamos en el Ferry que dos días después nos dejaría en el puerto de Santa Cruz.
(Fragmento final de La peor llamada recibida en el despacho.)

Días antes de abandonar el pueblo que siempre he llevado en el corazón, mi madre organizó una barbacoa en el jardín de casa a modo de despedida. Vinieron muchos amigos, incluso Carlos, cantante de los Trols, y yo acabamos estampándonos mutuamente un pedazo de tarta en la cara -teníamos sólo veintidós añitos y habíamos crecido viendo Los Payasos de la tele. Fue bastante emotivo, normalmente estas cosas ya lo son, ver a los amigos que dejarás atrás para marcharte a un lugar donde todo está por hacer y sólo nos tendremos el uno al otro en los momentos difíciles. Yo todavía me estaba desintoxicando del hábito de llevar corbata como se puede apreciar en la fotografía. Mi madre se encargó de reunir también a la familia entera para despedirnos.
Cargamos todas nuestras pertenencias dentro del opel corsa de Penélope y por la noche cada uno se fue a dormir a su habitación. Fue allí, en mi habitación de soltero, que tomé conciencia de que esa era la última noche que pasaría de soltero y eso me daba un poco de respeto. A partir del día siguiente, Sant Valentín del año 1991, ella y yo nos emanciparíamos definitivamente, seríamos pareja de hecho y sin papeles -sin casarnos, claro, pero viviendo juntos.
Nos despertó mi madre como tantas otras veces había hecho en la vida. No era necesario tener un utensilio llamado despertador, en casa ya teníamos a nuestra madre, despertadora infalible, además de amable.
Una dulce voz susurra en medio del silencio de primera hora de la mañana, se extiende como el aroma del café recien hecho desde la cocina a través del enorme hueco de la escalera y sube por los peldaños suavemente hasta las habitaciones de la casa rosa, luego se escurre por la puerta entreabierta de mi habitación y me acaricia las orejas:
-Seeergiii ...? Seeergiii ...?
Curiosamente, de los tres hermanos que estamos durmiendo en el piso de arriba soy el único que lo oye -quizás porque éste es mi nombre- aquella voz baja y prudente, la voz materna que me susurra que es hora de levantarme. Imagino que me ha preparado un vaso de leche con cacao y azúcar, no lo puede evitar.
-Ya vaaaa ... -respondo también con voz baja para no despertar a mis hermanos mientras me levanto de la cama. Entonces me desvelo y pienso en cosas ...
Pienso en cómo echaré de menos los desayunos en la cocina con mi madre, ella con su café con leche en vaso de cristal y el frescor de la mañana colandose por la puerta con el canto de los pájaros; pienso en la dulzura de mi madre, en tantas conversaciones abiertas y todas las confesiones, en la confianza plena, casi se lo he contado todo en la vida, desde la primera novia hasta la última, desde el primer cigarrillo al último; pienso que echaré de menos a mis hermanos, Marc y Natalia, a los amigos... -quizás alguien nos vendrá a ver de vez en cuando- también pienso en las perritas, Kira y Aki, que tanta compañía hacen aunque ocupen todo el sofá de la salita; pienso que echaré de menos esta vida, pero que empiezo una nueva con mi amada. Pienso en volar y procurar no caer al suelo en el primer intento.
Seguro que mi madre me ha preparado el vaso de leche, no hacía falta que lo hiciera, puedo hacerlo yo, pero ella se anticipa. Su hijo mayor se marcha de casa, pero, a su manera, yo todavía soy su niño pequeño, quizás quiere guardar este pequeño detalle en su memoria para siempre, como así lo quiero hacer yo ahora y escribiendo esto doy testimonio de ello.
Bajo a la cocina y mi madre está allí, lo tiene todo preparado como de costumbre, Penélope, que duerme en el piso de abajo, en la habitación de invitados -que es la suya desde hace tiempo- también se levanta perezosa, le cuesta mucho trabajo levantarse, a ella le gusta más la noche. Sus padres dudaron entre llamarla Samanta o Penélope, si yo tuviera que decidirme ahora la llamaría SoManta sin duda -dicho con todo el cariño del mundo, claro.
Mi madre está doblemente dolida, ha acogido a Penélope en casa como una hija más, así la ha tratado toda su vida. Desayunamos juntos sin hambre y con mariposas en el estómago. Debe de ser preocupante pensar que acaban de estallar las hostilidades de una guerra en el mundo y tu hijo toma la determinación de empezar una aventura como ésta con su novia.
Después de cargar el resto de cosas en el coche y escuchar la retahila de consejos y advertencias que hacen a menudo las madres como: sobre todo que vayamos con mucho cuidado en la carretera y también insiste en que si tenemos que volver porque alguna cosa no va bien, pues nada, volvemos y no pasa nada...

Con la puerta grande de salida a la calle abierta y el motor del corsa en marcha, mi madre nos reparte besos a ambos, tenemos los ojos llorosos y un nudo en el estómago, mi madre y yo nos fundimos en un largo y fuerte abrazo como el que años después repetiríamos ante la consulta veterinaria el día en que murió Kira, la primera perrita que tuvimos en la casa rosa.
¿Sabré hacer de encargado de una pizzería a Santa Cruz de Tenerife? ¿Sabrá ella llevar un centro de estética? ¿Sobreviviremos a la Guerra del Golfo que está en marcha? ¿Veremos o tendremos un accidente como le había dicho una vidente tarotista a mi madre? Si en un viaje tan largo en coche no ves un accidente ni lo tienes, una de dos: o eres ciego o no conduces por carreteras españolas.
Como era de esperar, en una curva de una carretera andaluza detuve el coche a diez metros de una furgoneta que acababa de sufrir un choque frontal con un camión. Dejé a Penélope dentro del coche y me acerqué. Ya había alguien allí, un hombre de un vehículo, el del camión y el hermano del conductor de la furgoneta, se acumulaban vehículos en la carretera e intentamos desmontar el asiento, pero fue imposible y allí mismo el hombre atrapado en el volante perdió el conocimiento entre los gritos de su hermano: ¡Mi hermano, mi hermano, se me muere ...!
Paramos a dormir a unos cuarenta kilómetros antes del puerto y al día siguiente zarpábamos hacia Tenerife.
viernes, 9 de mayo de 2008
Un libro para reír.
Pocas han sido las veces en las que he sintonizado música en el dial desde aquel descubrimiento de hace dieciséis años. La historia de Buenafuente es conocida por la mayoría, fue dando saltitos, ahora aquí, ahora allí, ahora radio, ahora tele, ahora ambas, hasta que dio el salto a las españas mientras abrochaba y desabrochaba los botones de su chaqueta. No quiero hacer ninguna reseña más porque este escrito no va dedicado a El Terrat, tan sólo decir que, bajo mi modesta opinión, han exportado su humor con un elevado grado de éxito.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Madrid-Barça y pasillo.
El esperpéntico espectáculo ofrecido a la salida de una boca de metro cerca del Bernabeu, donde unos figurantes lucen la camiseta azulgrana -impuesta seguro- simulando el pasillo y aplaudiendo a los peatones que aparecen -algunos con una camiseta del R. Madrid prestada por los de la cadena de televisión madrileña- es lamentable, es una muestra de aquello que no se debe hacer, leña del árbol caído, feo, muy feo.
Felicitar al Campeón por la victoria y animar al no Campeón para el año próximo son buenas acciones a tomar. Haya paz y sentido común. Al fin y al cabo, no lo recordaremos por mucho tiempo, supongo...
martes, 6 de mayo de 2008
Pacto de Caballeros en el Collell.

Al tiempo que me zampaba el croissant mojado en el café, mi organismo lentamente lo iba rechazando, había algún ingrediente que no podía digerir bien, me sentaba mal y me provocaba un malestar en el pecho y en la cabeza: -qué cosas me pasan... -pensé- pero me lo comí. Estuve toda la mañana con la cabeza espesa y convencido que era debido al azúcar fino que cubría el croissant.
Era simple, pero al mismo tiempo arriesgado para ambos: ¿Y si no volvían a poner croissant para desayunar? ¿Qué pasaría si quitaran de repente los donuts del martes?

Lela era tan peculiar que el año que alcanzaba la mayoría de edad -dieciocho años- reservó un rincón de la pizarra -normalmente la parte superior derecha- para anotar la cuenta atrás y cada día cambiaba la cifra ante la confusión de algunos profesores que veían invadida una pequeña porción de su territorio. Yo hice lo mismo un año más tarde para llenar el vacío que quedó al finalizar su cuenta atrás (la foto es del 14 de marzo de 1986, nueve días antes de mi mayoría de edad). Por eso me hizo gracia colgar una cuenta atrás antes de los cuarenta en mi blog.
Por cierto, hoy es su aniversario, debe hacer uno más que yo supongo y lo quiero felicitar por este motivo, además quiero agradecerle que aceptara el trueque que endulzó la monotonía del comedor del Collell.
-¡¡¡Felicidades Salvador!!!
domingo, 4 de mayo de 2008
Día de la Madre.
Mi madre: figura clave en mi biografía.

Los consejos que me diste desde pequeñito han hecho que creciera como la persona que ahora soy. Cuando en la peluquería del pisito atabas con un cordel mi pequeño mundo de bebé -el parque- a la ventana, con el fin de evitar que volcara conmigo dentro, aquel cordel era la prolongación de tus brazos protectores. Eso ha sido mi vida a tu lado, una metáfora de los brazos protectores.


A ti, que ponías tus brazos cuando me caía y siempre me has dado la seguridad para mirar hacia adelante.
A ti, a quien tantas veces he obviado decir te quiero con el convencimiento que se daba por hecho.
A ti y por que no quiero obviar ninguna oportunidad más en la vida para poderlo decir...
viernes, 2 de mayo de 2008
Y el hombre regresó al árbol.





Después de comer, los niños repitieron la experiencia y aproveché para hacer fotos y comprobar sus habilidades. Tengo que reconocer que Ariadna no me preocupaba mucho, es responsable y muy cuidadosa con lo que hace, el que me preocupaba más era Joel, alborotado y alocado iba desprendiéndose del mosquetón a unos cuatro metros sobre mi cabeza y había momentos de sufrimiento más propio de mi madre, pero también demostró, con casi ocho años, que lo tiene claro.

Una recomendación de última hora:
El calzado es importante, con unas zapatillas deportivas pasáis, pero será mejor que la suela sea lo suficiente gruesa para evitar notar en exceso el cable que pisas para ir de un árbol a otro en algunas ocasiones, es decir, si notáis las piedrecillas de un camino, usad otras y por cierto, si no queréis llegar a casa con los pies bífidos como la lengua de una serpiente, nunca llevéis chanclas!